Recuerda que moriras

martes, 16 de octubre de 2018

POESÍA INFECTA



TODO COMIENZO REQUIERE UN INICIO.
HE AQUÍ EL INICIO DE UN COMIENZO.

Existe tres clases de seres;  Los que nacen de las palabras, los que viven en las palabras y los que mueren por las palabras… para siempre.

   Cuando la brisa del verano termina, siento el frio de la noche que abraza mi corazón. Crecen las sobras que alimentan mi insomnio y sacan lo que llevo dentro dejándome desnudo ante la verdad.

   Soy el maestro de mi guerra interna, de mis deseos y mis miedos, envenenado por mi poesía infecta.
Me pregunto ?… Si nací para dejar cicatrices profundas en los corazones de muchos y así justificar mi razón. 

   Mientras consumo mis fuerzas para luchar atrapado entre los capítulos de un sueño que no termina, sigo respirando de este sufrimiento sabiendo que de alguna manera lo perdí todo, sabiendo que esta noche moriré en este mi infierno.

   Declaro  palabras de inocencia esperado una señal mientras agonizo cada noche en este averno, esperando que mi Dios muestre su cariño por mi espíritu perdido.

   Ven y quítame la dosis diaria de dolor, quítala y abrígame, dame el antídoto para la soledad inyectada en mis venas y que la caricia de tu mano sea siempre mi amparo. Necesito tu voz para llenar mi vacío y poder purificar mi corazón antes de que estas silenciosas lagrimas rompan mi alma.

   Cuando la luna sigue dormida y el lecho de estrellas me protege, sangro por mí en una sangría insuficiente que a borbotones me deja sin ti.
Cuando la penumbra me rodea con ternura en un olvidado abismo …el crepúsculo de recuerdos irrumpe en mi mente.

   Soy el maestro de mi enamorado amor, de la magia que nunca me alcanza, envenenado por mi poesía infecta.
Me pregunto ?… Si no necesito de esta soledad para ser quien soy y así justificar mi razón.

   No hay calma en la bestia del deseo, no hay últimas palabras que decir mientras queden recuerdos que amartillen mi mente una y otra vez. Cierro mis ojos intentando escapar de paredes que encierran un silencio que supera cualquier dolor, sintiéndome inmortal cuando estoy ahí.

   Declaro fragmentos de nosotros cuando cortábamos el viento y todo era Mayo, pero la tinieblas me devuelven al día en que todo se coaguló dejándome en un abismo. Ahora entiendo que no hay más muerte que temer mis sueños, solo deseo que lentamente el tiempo vaya olvidándose de mí.

   Ven y quítame la dosis diaria de dolor, quítala y abrígame, dame tu poder infinito que da vida a las palabras y que tu calor sane mi herida. Necesito que llames mi nombre antes de que estas silenciosas lagrimas rompan mi alma.