Soy la última presa que vaga en la encrucijada del Bien y del Mal de esta Tierra. Soy el Dios, en mi propia historia. El amo y maestro de este mi juego. Te anhelaré como se ansía a la primavera, dejando florecer los sentidos que me llevan a ti. Y mi último pensamiento, es el precio por el cual aprenderé. Yo pagaré por cada uno de mis pecados. Y mi viaje podrá comenzar.
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los velará quien realmente deba velarlos , quien realmente , sea merecedor de velarlos
ResponderEliminarUn placer leerte Rouge, No dejes de escribir y expresarte como lo haces
ResponderEliminarun beso