Un minuto más de agonía
y tu ambición de vida me desgarra.
Consumido e inerte sigues alimentando nuestra
amistad.
Sólo por un minuto… Sólo por un minuto más…
Y el inevitable sueño frío te abrigó cuando aún
respirabas.
Tu tiempo de rendición había llegado.
Y de nada sirvió la lucha contra el retorcido
maligno.
De nada servían los incrédulos rezos que
angustiaban el alma.
Comprendí que te perdía
demasiado pronto.
La luz blanca te dará descanso... te decía entre
sollozos.
Duerme bien porque la eternidad te pertenece.
Deja que tu alma respire.
Momentos para recordar y momentos para olvidar.
Nunca nombramos el adiós.
Tu amistad siempre será la jaula de mi mente.
Un laberinto del que me niego a salir.
Y yo aún sigo en silencio honrándote.
Recuerdo siempre tu nombre y pinto la oscuridad con
él.
Por que tu recuerdo siempre perdura
Nunca sabrás cuanto te echo de menos…
Siempre estarás ahí…
En Memoria de Luis.
El dolor es el precio que
se paga minuto a minuto…
A diferencia de otras emociones…
Lo que me gusta del dolor es que nunca te
decepciona…
Siempre duele, y cuando no sabes…
¿Cómo o porqué te duele...?
El
dolor regresa indiferente…
en diferente hora y tal vez en diferente lugar…
Pero siempre
reaparece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario