Recuerda que moriras

jueves, 5 de diciembre de 2013

Mi indiferencia es ahora la diferencia.




Era dueño de tu soplo travieso
que jugueteaba aleteando como libélula encandilada.  

Dueño del filtro de tus sueños y ladrón que desvalijaba  cada instante de tu alma.

Pero la marea del tiempo
 trajo consigo la desconfianza
 Se volvió endeble y acabo rota al ser examina
por la implacable luz de la verdad.

Y con ella de la mano… los celos
Ese traidor estado pernicioso que te aprieta la garganta, dejándote sin respiración y que deja al aire
 lo patético que puede llegar a ser un corazón.

Y ahora que entiendes
 lo anárquico que puede llegar a ser un sollozo.
 Ahora que siento tu hambre
 Ahora que tu llanto desesperado
 desgarra la noche.
 Mi indiferencia es ahora la diferencia.
Y ya no quedan fuerzas para la rendición.

Y en la desesperación de nuestras horas más oscuras
 esa mancha nos proporciona la fuerza necesaria
 para hacer lo que sabemos que debe hacerse.

En la naturaleza de este sentimiento
 no hay castigos ni premios,
 solo consecuencias…

Y cuando mirar hacia al frente
 es encontrar sólo oscuridad,
tan sólo la razón y la valentía
 pueden sacarte del abismo.
Pregúntate…
¿Dónde está toda la magia?
¿No extrañas los tiempos pasados?

Recuerda cuando perseguíamos al sol
y al caer la noche
intentábamos tocar las estrellas.

Vuela en las alas de la desesperación
Conquista el silencio que temes.
Busca las rosas a lo largo del camino
 tan solo ten cuidado con las espinas.

Solamente después de la expiación
se puede hacer borrón y cuenta nueva.

 Y la absolución dará paso a un nuevo comienzo.




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